Los productores de olivos israelíes y palestinos enfrentan el mismo desafío climático

Los agricultores de toda la región dicen que el ciclo de dos años que alguna vez fue confiable, donde la cosecha abundante suele ser seguida por una más débil el próximo año, se ha interrumpido, y muchos intentan mantener sus cultivos mediante la innovación o nuevas técnicas agrícolas.

Durante la reciente cosecha de aceitunas, la agricultora palestina Dalal Sawalmeh, de la aldea Asira al-Shamaliya, pasó los dedos por las hojas de los árboles de su familia y reconoció que no había tantos frutos cayendo en cascada al suelo como durante temporadas anteriores.

Al igual que otros agricultores de Cisjordania, la Franja de Gaza e Israel, Sawalmeh culpa al cambio climático por afectar los icónicos árboles nudosos que han dado forma a Tierra Santa durante siglos. Sucede que, este año, los mismos produjeron menos de la mitad de su rendimiento habitual. De hecho, no todos los árboles dieron frutos.

Los agricultores palestinos e israelíes aseguran que el ciclo de la aceituna de dos años que alguna vez fue confiable, donde una cosecha abundante suele ser seguida por una más débil el próximo año, se ha interrumpido.

Las aceitunas esperan ser cosechadas en el huerto familiar de Dalal Sawalmeh, en la ciudad de Asira al-Shamaliya, en el norte de Cisjordania.
(AFP)

El invierno pasado fue excepcionalmente cálido y seco, la primavera trajo una ola de frío poco común y durante el año la lluvia cayó en chorros o aguaceros. «Los cambios son muy obvios», dijo Hazem Yaseen, alcalde de Asira, donde se cultivan aceitunas desde hace al menos 500 años.

Ante esta situación, los productores de olivos israelíes y palestinos están tratando de adaptarse a un planeta que se calienta cada vez más. Por caso, en el Centro Volcani para la investigación agrícola están buscando un «superárbol» genético que pueda resistir el cambio climático.

En un huerto en las afueras de Tel Aviv, la experta en ciencias vegetales Giora Ben-Ari, de 49 años, está probando 120 variedades de aceitunas de todo el mundo para determinar su resistencia al calor.

«Aún no identificamos un supercultivo que muestre resistencia en todos los parámetros», dijo la especialista, quien también está probando los beneficios de la sombra o el riego adicionales durante las etapas críticas de crecimiento.

«No es que la aceituna se haya vuelto tan sensible de repente», dijo Ben-Ari. Y añadió: “Sin embargo, este fruto en general se planta en terrenos marginales (…) y todo cambio afecta al rendimiento”.

Dalal Sawalmeh recoge aceitunas en el huerto de su familia.
(AFPA)

Para hacer frente a la baja producción, en Asira al-Shamaliya, 52 agricultores se han unido para comprar una prensa de aceitunas italiana para reducir el aceite perdido por las viejas máquinas con fugas. Uno de los inversores, Abdul Salam Sholi, de 63 años, dijo que también ha podado sus árboles para ayudarlos a prosperar con menos agua.

Por otra parte, los agricultores dicen que no pueden pagar los altos precios causados ​​por las tropas israelíes, que restringen la perforación palestina de agua en Cisjordania. El alcalde Yaseen también dijo que aproximadamente una quinta parte de la tierra de Asira se encuentra en la llamada Área C, donde Israel tiene el control total bajo los Acuerdos de Oslo de 1995.

La Fuerzas de Defensa de Israel construyeron una base en esas tierras y Yaseen dijo que fue herido el año pasado durante enfrentamientos con colonos judíos. «Los dos son una amenaza», dijo Gabi. «El colono influye en la tierra y también lo hace el cambio climático», añadió.

La implementación del riego

Algunos agricultores palestinos están experimentando con el riego a pesar del alto costo. Mohammed Amer Hammoudi, de 67 años, dijo que la asistencia de Estados Unidos lo ayudó en su momento (2010) a comenzar a regar y mantuvo la práctica incluso después de que Donald Trump recortara la ayuda a los palestinos.

Aceitunas sirias.
(Guardería Anaf Hazait)

El agua le cuesta hasta 10 shekels (3,17 dólares) el metro cúbico, al menos seis veces lo que paga un agricultor israelí, y transportarla en camión a su tierra le cuesta a otros 15 shekels por metro cúbico. «El agua es muy cara, pero si sigues usando este sistema, consiguies nuevas ramas de árboles», dijo.

Hammoudi ha logrado triplicar su retorno y ahora espera reducir sus costos de agua con un tanque de captación de agua de lluvia recién construido. Su experimento se está poniendo de moda, ya que Dalal Sawalmeh regó 30 de sus 150 árboles en julio y agosto usando barriles de metal con pequeños agujeros perforados en sus bases.

Aún así, incluso su cosecha mejorada fue tan escasa que recogió sus aceitunas con su familia en lugar de contratar trabajadores. «No quiero pagar por ayuda», dijo. «Estamos tratando de reducir tanto como podamos», finalizó.

Fuente: Ynet Español



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