- enero 13, 2022
- Posted by: ISRACAM
- Categoría: Noticias
Se podría almacenar electricidad en grandes cantidades. Foto: Creative Commons
Un estudiante israelí se preguntó si las algas se usan para crear energía verde con carbono negativo. Con investigación y una publicación, la respuesta fue afirmativa.
Los efectos negativos del uso de combustibles fósiles llevaron a expertos a ver formas más simples con el planeta de proporcionar energía al mundo. Una fue investigar organismos vivos como fuentes de corrientes eléctricas en pilas de combustibles microbianas.
Otra alternativa se llama Células Bio- FotoElectroquímicas. Ahí la fuente de electrones deriva de bacterias fotosintéticas, cianobacterias o algas verdiazules. El problema es que la corriente que se produce es menor que la de otras fuentes de tecnologías de células solares.
El estudiante Yaniv Shlosberg y su equipo de Technion exploraron el uso de Ulva, o lechuga de mar. Esta crece mucho de forma natural como con fines de investigación en las costas mediterráneas de Israel.
“Tuve la idea un día cuando fui a la playa”, explicó Shlosberg. “En ese momento, estaba estudiando las cianobacterias BPEC, cuando noté algas en una roca que parecían cables eléctricos. Me dije a mí mismo: dado que también realizan la fotosíntesis, tal vez podamos usarlos para producir corrientes”.
Fuente: Aurora Digital