- octubre 20, 2021
- Posted by: ISRACAM
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Álvaro López Asensio
La misma fue organizada por el Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardita de Argentina.
El historiador, teólogo y profesor, Álvaro López Asensio, impartió el pasado 13 de octubre una videoconferencia sobre “la influencia del idioma hebreo sobre el idioma español”, un tema poco conocido y que, en la actualidad, no se estudia en la materia de Lengua y Literatura de Secundaria, Bachillerato y Universidad.
La conferencia fue organizada por el Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardita de Argentina para todos los países con comunidades judías, especialmente del continente americano, europeo e Israel.
En primer lugar habló del idioma que hablaban los judíos de Sefarad en la Edad Media: el aljamiado, es decir, la lengua romance con hebraísmos que se hablaba en cada reino de Sefarad, pero escrita con caracteres hebreos. Este precepto favorecía que todos los documentos que se redactaban en las juderías (privados entre particulares o públicos) se escribieran en su alfabeto y calendaran según la costumbre hebrea.
Aunque los judíos no sabían hebreo, sin embargo, las oraciones las recitaban de memoria en hebreo, usando muchos de estos términos en su aljamiado de la vida cotidiana, Muchas de estas palabras y giros gramaticales pasaron al idioma Castellano de la Edad Media, perdurando en nuestros días.
En el campo morfológico se puede mencionar la posible procedencia hebrea del sufijo “ón” (guapetón, cabezón, agarrón, aguatón…) y aún por cierta analogía también “ote” (guapote, amigote, amigote, papelote, muchachote…). En el campo de la sintaxis son muy importantes las aportaciones hebreas:
A.- Repetición pura y simple del adjetivo o adverbio: “En verdad, en verdad os digo…”.
B.- La formación del plural como complemento nominal: “Los Mosisés, los Abraham”, etc.
C.- La formación del superlativo simple cuando se antepone al adjetivo posesivo: “lo mío, lo tuyo” o cuando encierran una idea cuantitativa: “la pequeña” (hablando de varias hermanas), “la menor”.
D.- La formación del superlativo, propiamente dicho, cuando se coloca el adverbio de cantidad “muy” antes del adjetivo: “muy interesante”. Conviene recordar que el latín lo hace con “issimus”.
F.- La sufijación del verbo; un recurso típico del hebreo y ajeno al latín y al griego: “dígame, tráigamelo”, etc.
También ha dado a conocer algunos términos hebreos muy usados en la documentación notarial e inquisitorial, con textos y ejemplos literales:
1.- EBRAYCO designaba a los libros sagrados y de oración escritos en hebreo, las oraciones pronunciadas en hebreo, los protocolos de los çoffer o notarios judíos y calendados según la costumbre judía.
2.- EL TRATAMIENTO DE “DON” proviene de la palabra hebrea “Adonai” (Señor), que se simplificó en “adon”. En los siglos XII-XIII solo lo usaban los judíos, después se normalizó también en la comunidad cristiana.
3.- SABADEAR. Los procesos de inquisición confirman la costumbre que tenían los judíos de mover o mecer la cabeza cuando rezaban o leían libros piadosos.
4.- AMÉN. Cuando un judío recitaba una bendición (berajá) o una oración (tefilá) se terminaba o respondían: Amén.
5.- OINAR, OINAS eran oraciones tristes que se solían cantar en las sinagogas, generalmente lamentaciones bíblicas (lamentaciones de Jeremías). En español también llamaban a este género literario: drecha.
6.- MALSÍN era sólo utilizada por los judíos para designar a los delatores de la comunidad, es decir, los que denunciaban a sus convecinos ante las autoridades cristianas. Los cristianos asumieron este término, con otro sinónimo: malhechor.
7.- LAMÍN. La palabra aragonesa lamín, laminero (goloso), proviene de la hebrea hamin es un guiso o potage hecho a base de carne gorda (tacos mercados en la carnicería de la judería), huevos duros, legumbres (garbanzos, fabas o judías secas) y verduras (berças o col, puerros, borraja, acelga, etc.). La palabra hebrea hamin significa “caliente”.
8.- JUDERÍA-ALJAMA-CAL. Se puede afirmar que la aljama eran los judíos que habitaban o vivían en el recinto de la judería o espacio físico. La palabra hebrea “cal” (quahal: reunión asamblea, comunidad) designaba también el espacio físico.
9.- SINOGA-SINAGOGA. Los judíos llamaban a sus oratorios con el nombre de sinoga (oratorio para el culto) y midrás (lugar de estudio).
10.- RABINO. La palabra rabino proviene del término arameo “rab”, que significa “maestro, distinguido” o, más literalmente, “el grande”. El sufijo pronominal “i” (de rab-í) se traduce por “mi”, por lo que también significa “mi maestro, mi Señor”.
11.- Otros hebraísmos utilizados en la Edad Media por la comunidad cristiana: MELDAR (Leer libros sagrados), MAZAL (Destino, suerte), MADRASSA (Academia rabínica.
En la actualidad son de origen hebreo las siguientes palabras:
A.- RELIGIOSOS: aleluya, cábala, caraita, ladino, marrano, fariseo, maná, pascua, sábado, saduceo, fariseo, sanedrín, leviatán, satán, talmud, sefardita, etc.
B.- NOMBRES PROPIOS: Miguel, Gabriel, Rafael, Ana, Miriam, Bartolomé, Jesús, Josué, Moisés, Abraham, Aarón, Isaac, Benjamín, etc.
C.- NOMBRES GEOGRÁFICOS: Monjuit, aljama, judería, Villajuga, Torá, Cal, Sefarad, etc.
D.- PALABRAS NO HEBRAICAS PERO CUYAS ACEPCIONES SON TOMADAS DEL HEBREO DE LA TANAK: Bendecir, santo, justo, bienaventurado, bautismo, impío, piadoso, hermano, terrenal, infierno, cielo, paraíso, etc.
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Fuente: Aurora Digital